AÑOS 30 -1930
José Cantalapiedra de Castro se convierte en nuevo presidente del Club y
se convierte en trabajador Tomás Martín, que hasta su jubilación en
1986 prestó sus servicios en el Club, primero como botones y luego
utillero del primer equipo. A ambos, el Real Valladolid les concedería
su insignia de oro y brillantes, al primero en representación de tantos y
tantos directivos que lucharon por el Club desde los despachos y al
segundo en representación de todos los trabajadores de la entidad.
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